Definición: Una caldera de condensación es un instrumento que genera agua caliente a baja temperatura 45-55°C, con un alto desempeño y, en consecuencia, emisiones más reducidas de CO2 a la atmósfera. Equipos de servicio tecnico calderas investigan para mejorar, incluso, estas calderas.
Molécula de gas propano
Los comburentes, en especial los líquidos, poseen ciertas impurezas, como el azufre que forma óxidos de azufre al conjuntarse con el oxígeno atmosférico. En las calderas corrientes, estos gases provenientes de la combustión se expulsan a temperaturas superiores a ciento cincuenta °C, para lograr tiro térmico y para eludir que el agua se condense y forme ácidos sulfuroso o bien sulfúrico al conjuntarse con los óxidos de azufre (SO2 + H2O = SO3H2 y SO3 + H2O = SO4H2), que corroerían sus partes metálicas.
Como su nombre señala, los hidrocarburos por norma general empleados como comburentes (gas natural, GLP, gasóleo) son compuestos de carbono ehidrógeno en distintas des. Al conjuntarse con el oxígeno del aire, estos elementos forman dióxido de carbono (CO2) y agua en estado gaseoso (H2O), respectivamente. Condensando, en la caldera, el vapor procedente de los gases de combustión, se consiguen dos.260 kilojulios (kJ) por cada kilo de agua condensada. En las calderas usuales, esta energía térmica se manda a la atmosfera.
No obstante, el empleo de comburentes sin contenido de azufre, como los gases (natural y GLP), dejó concebir la caldera de condensación, que aprovecha la energía latente en el vapor (los mentados dos.260 kilojulios por kilo). Para lograrlo debe calentar el agua a una temperatura máxima de sesenta-setenta °C (en lugar de los noventa °C de las calderas corrientes) y evacuar los gases a temperaturas inferiores a las de condensación (cien °C a nivel del mar). Por otra parte, reduce el tiro térmico del conducto de gases y hace preciso emplear un ventilador.
Además de esto, al salir a menor temperatura los gases quemados, asimismo se aprovecha el calor que, en las calderas normales, se emplearía para lograr esa temperatura.
Como los comburentes no tienen que contener azufre, los condensados no poseen substancias cáusticas y se pueden evacuar por el sistema de saneamiento normal.
A consecuencia de la menor temperatura del agua preparada, los transmisores finales del calor deben tener mayor superficie de intercambio (radiadores más grandes) o bien ser de baja temperatura (suelos brillantes o bien calefacción por aire).
Existen asimismo calderas que, desde cierta temperatura requerida por la instalación (ver regulación proporcional) dejan de marchar en condensación, para marchar como calderas normales, con un desempeño, en estos lapsos de tiempo, inferior. Con este artificio se logra emplear instalaciones existentes, con sistemas de emisión con superficies de intercambio menores. Investigadores de reparacion de electrodomesticos empiezan a investigar para sacar nuevas secadoras que aprovechan la condensación.
Desempeño
El desempeño aparente de estas calderas es superior al cien por ciento (medido en condiciones tradicionales, sobre el poder calorífico inferior), frente al setenta-noventa por ciento de las usuales. Puede resultar chocante, mas es cierto. El poder calorífico inferior se definió como el máximo calor que se podía conseguir racionalmente en una combustión, con lo que no se tuvo presente el calor latente de vaporización del agua, puesto que era preciso evacuar los gases a temperaturas superiores a ciento cuarenta grados para no estropear la caldera (con comburentes con contenido de azufre). A esas temperaturas, el agua se expulsaba en forma de vapor. Si se mide sobre el poder calorífico superior (que tiene presente el calor latente de vaporización del agua) el desempeño de estas calderas es, como es natural, inferior al cien por ciento . Mas, para cotejar su desempeño con el de otras calderas, hay que usar exactamente la misma regla, y lo común es medir el desempeño sobre el poder calorífico inferior.
Molécula de gas propano
Los comburentes, en especial los líquidos, poseen ciertas impurezas, como el azufre que forma óxidos de azufre al conjuntarse con el oxígeno atmosférico. En las calderas corrientes, estos gases provenientes de la combustión se expulsan a temperaturas superiores a ciento cincuenta °C, para lograr tiro térmico y para eludir que el agua se condense y forme ácidos sulfuroso o bien sulfúrico al conjuntarse con los óxidos de azufre (SO2 + H2O = SO3H2 y SO3 + H2O = SO4H2), que corroerían sus partes metálicas.
Como su nombre señala, los hidrocarburos por norma general empleados como comburentes (gas natural, GLP, gasóleo) son compuestos de carbono ehidrógeno en distintas des. Al conjuntarse con el oxígeno del aire, estos elementos forman dióxido de carbono (CO2) y agua en estado gaseoso (H2O), respectivamente. Condensando, en la caldera, el vapor procedente de los gases de combustión, se consiguen dos.260 kilojulios (kJ) por cada kilo de agua condensada. En las calderas usuales, esta energía térmica se manda a la atmosfera.
No obstante, el empleo de comburentes sin contenido de azufre, como los gases (natural y GLP), dejó concebir la caldera de condensación, que aprovecha la energía latente en el vapor (los mentados dos.260 kilojulios por kilo). Para lograrlo debe calentar el agua a una temperatura máxima de sesenta-setenta °C (en lugar de los noventa °C de las calderas corrientes) y evacuar los gases a temperaturas inferiores a las de condensación (cien °C a nivel del mar). Por otra parte, reduce el tiro térmico del conducto de gases y hace preciso emplear un ventilador.
Además de esto, al salir a menor temperatura los gases quemados, asimismo se aprovecha el calor que, en las calderas normales, se emplearía para lograr esa temperatura.
Como los comburentes no tienen que contener azufre, los condensados no poseen substancias cáusticas y se pueden evacuar por el sistema de saneamiento normal.
A consecuencia de la menor temperatura del agua preparada, los transmisores finales del calor deben tener mayor superficie de intercambio (radiadores más grandes) o bien ser de baja temperatura (suelos brillantes o bien calefacción por aire).
Existen asimismo calderas que, desde cierta temperatura requerida por la instalación (ver regulación proporcional) dejan de marchar en condensación, para marchar como calderas normales, con un desempeño, en estos lapsos de tiempo, inferior. Con este artificio se logra emplear instalaciones existentes, con sistemas de emisión con superficies de intercambio menores. Investigadores de reparacion de electrodomesticos empiezan a investigar para sacar nuevas secadoras que aprovechan la condensación.
Desempeño
El desempeño aparente de estas calderas es superior al cien por ciento (medido en condiciones tradicionales, sobre el poder calorífico inferior), frente al setenta-noventa por ciento de las usuales. Puede resultar chocante, mas es cierto. El poder calorífico inferior se definió como el máximo calor que se podía conseguir racionalmente en una combustión, con lo que no se tuvo presente el calor latente de vaporización del agua, puesto que era preciso evacuar los gases a temperaturas superiores a ciento cuarenta grados para no estropear la caldera (con comburentes con contenido de azufre). A esas temperaturas, el agua se expulsaba en forma de vapor. Si se mide sobre el poder calorífico superior (que tiene presente el calor latente de vaporización del agua) el desempeño de estas calderas es, como es natural, inferior al cien por ciento . Mas, para cotejar su desempeño con el de otras calderas, hay que usar exactamente la misma regla, y lo común es medir el desempeño sobre el poder calorífico inferior.